La Iniciación en el Chamanismo

Hace un par de días atrás, estábamos celebrando el día del amigo y me preguntaron insistentemente sobre lo que hoy vamos a hablar.

Me impresionó mucho de ver cuál es la imagen que los otros tienen sobre la iniciación en el chamanismo, pensando que es simplemente una ceremonia o un ritual y luego después de eso ya eres chaman o adquieres un título en algo.

Pero en realidad no es tan simple...

Lo cierto es que el proceso es similar al proceso de una agonía antes de morir, es un proceso que puede durar mucho tiempo, desde que sientes el llamado interno hasta que llegas realmente a consolidarte como persona.

El llamado es como ese estado como cuando nada de  lo que te rodea te llena, como que hay una búsqueda profunda que incluso puede pasar que no sabes reconocer que es. Recuerdo ese tiempo como lleno de ansiedad, incertidumbre y un caos interno.

Realmente el proceso interno no se da cuando quieres mentalmente, sino cuando es el momento y lo reconoces por ese estado, por saber que algo de ti tiene que morir para encontrarte realmente como persona. Por lo general son los espíritus los que te hacen el ingreso e incluso en el caso de algunas personas hay algún familiar que muere en la familia que sirve como enlace entre el mundo espiritual y este plano para la persona que ingresa en el chamanismo.

Lo importante de entender que este proceso no es arbitrario, sino que es un llamado del corazón.

En casi todos los procesos de iniciación pasamos por 3 etapas las cuales no son iguales en todas las personas, cosa que uno que inicia a otra persona tiene que tenerlo bien claro, porque uno acompaña en el camino del otro, pero igual es el otro quien lo define. Pero estas etapas son:

Muerte: como proceso de agonía del ego donde uno desprende los autoconceptos, la forma de ver el mundo y conectarse con él y todo lo que uno pretende aferrarse. Este mismo proceso se puede definir como el camino a la renuncia.

Conexión plena: una vez llegando al estado de limpieza interna se da una conexión profunda con los planos espirituales (en el caso de los chamanes) la que puede durar algún tiempo, depende de la persona que haga su proceso y allí puede conocer todos los estados espirituales o quedarse en algunos.

En el caso de otros que hacen chamanismo pero no tienen la intención de hacerse chamanes este periodo se llama de comprensión interna, la que se caracteriza por tener certezas que te permiten comprender el para que estás o le da un sentido de rumbo en la vida. Un sendero hacia donde ir o algo que hacer en la vida.

Renacimiento: una vez tenido el estado de conexión plena viene la parte más importante de la iniciación que tiene que ver con poder bajar a este plano todas esas certezas o conexiones espirituales.

Este puede darse en un proceso largo de experiencias donde se van aplicando todas esas conexiones y donde vamos reconociéndonos en ese camino que hemos trazado.

Todos conciben este proceso por su estado inicial el cual es como un estado de plenitud y sentirte como un niño recién nacido, una gran fuerza que te nutre, muy similar a el proceso de amanecer, donde pasas de la oscuridad a un luz muy clara, se siente la atmósfera muy limpia, tu corazón con mucha apertura como una flor y la voluntad de hacer un camino.

Pero este proceso puede durar muchos años hasta que has adquirido una familiaridad con las experiencias que han trascurrido y te has reconocido, llegando a un estado de madurez, el cual es resultado de haber aprendido de todos los estados.

Esto quiere decir que no es que dejan de pasarte experiencias difíciles, pero las asumes desde un lugar donde puedes obtener algo de ellas, en otras palabras te ayudan a crecer.

Así este es el camino hasta el estado de chaman o en otras palabras de realmente "saber por tus experiencias", el cual no necesita ser documentado o compartido hacia afuera, este es un proceso que sucede en tu interior y para tu interior.

Bueno, así es el camino del chaman o de quien practica chamanismo. 

Como ven no se determina a una ceremonia incluso ni a las prácticas, ni a un tiempo específico, ya que puede durar o implicar cuestiones muy específicas para cada persona, sino que más bien nos acerca a todas las experiencias que tenemos en nuestra vida y que nos forjan como seres humanos.