El Ahelo (aliento de vida)
Para todos los amigos que nos acompañan en el camino les contaremos un poco más acerca de esta fuerza que describimos muy bien en el Libro Sendero de Vida con las prácticas para poder realizar.
¿Qué es el Ahelo?
Al igual que la respiración es para nosotros un vinculo de vida que nos conecta constantemente con lo externo, el ahelo es ese aliento que ejerce nuestra alma que nos da no solo el ánima, sino esa fuerza que nos envuelve y nos motiva a actuar.
¿Qué es el Ahelo?
Al igual que la respiración es para nosotros un vinculo de vida que nos conecta constantemente con lo externo, el ahelo es ese aliento que ejerce nuestra alma que nos da no solo el ánima, sino esa fuerza que nos envuelve y nos motiva a actuar.
El
ahelo es la fuerza misteriosa que nos sustenta de la que somos parte, pero a la
vez no podemos retener. Es simplemente una fuerza que nace en nuestro interior
como en el de todas las cosas y se emana constantemente.
El
aprender a ser conscientes del ahelo en todo momento nos permite estar más
atentos y llenos de un regocijo interior, ya que no se necesita hacer nada más
que estar para alimentarlo.
Desde la sensación pura del aliento de vida, se pueden realizar estudios y transformaciones conscientes de los aspectos emocionales, las actitudes, el uso del intelecto y
el trabajo en grupo. Todas estas facetas al ser comprendidas desde el aliento nos
permiten obtener un estado de gracia interna constante.
Todo es Vida
y se Comparte por el Aliento
La
presencia de si mismo se percibe con claridad cuando prestamos atención a
nuestra respiración, cuando inhalamos, expandemos los pulmones, alimentándonos
de la misma fuerza que aviva lo que nos
rodea y al exhalar compartimos nuestra individualidad con el resto permitiendo
la fusión de nuestro ser.
Cuando
lo haces ir y venir al mismo tiempo a ese flujo constante de una manera
consciente y al mismo tiempo, más allá de la respiración has avivado el aliento.
Ese
aliento es que te hace sentir actividad y luz hasta en las cosas estáticas,
sientes su vibración, sientes su alma.
El
alma proviene de ese aliento, de ese flujo constante, el que lo tienen todos
los seres y nos hace estar interconectados.
Hay
miles de maneras de aprender a hacerlo pero la mecánica es una, presta atención
a tu cuerpo, pon tu mente en el ahora sintiendo lo que haces con mucha
dedicación pero sin esfuerzo. Concéntrate en una parte de ti, sean las manos o
los pies, puede ser incluso sintiendo la respiración en la nariz o en el pecho
hasta que te conectes con tu propio cuerpo más allá de los conceptos y siente.
Agranda
esa sensación hasta que sea un cosquilleo o un peso, y el siguiente paso es
llevarlo a dentro de si mismo.
Es
importante aprender a habitar en el espacio interno para aprender a hacerlo en
el externo. Así quien se conoce puede comprender lo que le rodea y vive con la
mente clara.
Una
vez conectándose con el interior así como se hace con el cuerpo se produce un
flujo el que se aviva primero con la sensación de la respiración y luego nada
más percibiéndolo.
Lo
importante es alimentarse con él, es como nutrirse de la fuerza que emana de
las experiencias, que es la raíz de necesitar un cuerpo. Sino nos alimentamos
de ella en vano tenemos uno.
De
aquí que hay algunas cosas importantes que nos unen al mundo interno y a si
mismo, son aspectos que necesitamos cultivarlos constantemente en todos las
esferas donde convivimos.
Este posteo me trajo recuerdos de un video que quedó pendiente en una noche de retiro en Moreno. Es increíble sentir y saber(se) parte de hasta el huequito más recóndito de este universo. Así que aprovecho el ahelo para traer este hermoso video que merece la pena ser visto: https://www.youtube.com/watch?v=PKMQzkIiB0Y
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